El Trueno

27 abril, 2016 at 16:16 (Flasheadas)

El trueno, el rayo, la torre.. las estructuras que se derrumban, el volver a comenzar, el replantearte tu vida.

En el Iching, el hexagrama 51, Chen, es la imagen de un rayo sobre si mismo. Algo repentino, algo que genera conmoción extrema, que asusta. Me recuerda bastante al arcano mayor 16 del Tarot , La Torre, donde se puede ver como un rayo destruye una torre, mas sus cimientos siguen en pie.

Por algún motivo, mi vida es un constante ir y venir de cambios grandes, a veces giros radicales en todas las circunstancias, y suceden sin esperar tanto tiempo, menos que años, a veces meses.

La imagen del este rayo destruyendo la torre es algo que me viene a mente muy seguido, pero lo importante es mantener la base, la esencia. Es lo que aprendí. El resto son capas circunstanciales de nuestra personalidad y entorno, lo que podríamos llamar «el ego».  El ego no es algo malvado y perverso, como suelo leer por ahí. Es una herramienta, es nuestra conexión con el mundo material. Nuestro ser interior no podría vivir en este mundo tangible, y este día a día sin una herramienta acorde.

No, el ego no es el problema, el problema es darle al ego el rol de líder, de amo y señor.

Cada vez que tenemos un cambio que nos mueve la estructura, nos asustamos. A veces sentimos una sensación de muerte, aunque no todos tienen la capacidad de expresarlo con esas palabras literales. Quizás es algo más encubierto que ronda por el «perdí tiempo al pedo», «fue todo en vano» y similares.

Efectivamente, hay una muerte, y es la muerte de una estructura y un ego. Pero es necesario para crecer, es una de las herramientas de la vida. Es dura, pero uno aprende con el tiempo a comprenderla cada vez más. Aunque eso sí.. no te acostumbres demasiado a pensar que lo entendiste, porque siempre va a haber un palo más grande, un cambio más violento, un desafío más aterrador.

He visto gente que no afronta este tipo de movimientos sino hasta quizás edades muy avanzadas. Actualmente lo veo en alguien cercano, que no afrontó un cambio y desafío así sino hasta los 60 años. La vida se tomó su tiempo pero llegó.

A veces pasa al revés. Yo personalmente siento que es mi caso. Si miro hacia atrás y elijo un rango de equis años, siento que viví mucho, demasiado, no importa cuántos años sea.

Miro hace 2 años y vivía en una ciudad distinta. Miro hace 1 y vivía en un país distinto. Miro hace 3 y mi hija no estaba ni en planes. Miro hace 10 y estaba viviendo solo en las montañas en mi auto impuesto retiro. Miro hace 7 y mi ocupación principal era instructor de yoga y terapeuta. Miro hace 5 y estaba emprendiendo en videjueogos, con muchas experiencias negativas. Miro hacia 15 y estaba viviendo en la calle. Miro hace 16 y estaba jugando basket en un club genial argentino, miro hace 14 y estaba postrado por mi salud por primera vez…. y así podría seguir y seguir.

Cada cambio me llegó con mucho temor. Pero empecé a entender un mecanismo de crecimiento. Si miro el yo, el yo central, de hace 15 años, de hace 10 años, de hace 5, 2 y el actual, percibo un indefinible crecimiento esencial.  Probablemente no pueda decir lo mismo de condiciones externas, que van y vienen.

Espero que la gente que veo sufrir tanto en sus día a día, y en cuyos ojos veo un estado de abandono y desesperanza, vacío y «pasar los años hasta que la muerte nos toque», descubra que dar saltos de miedo llevan a un gozo mayor, no a una muerte. Algunos le dicen «Salir de la zona de comfort» para ir a la «Zona de la aventura».

Como quieran decirle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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